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29 de abril de 2011

Abril 2011 - IV


Aunque no te puedo encontrar, aunque quizás no lo logre jamás, creo que he aprendido a través de los años que no siempre, rendirse significa derrota. 

Te dejé ir por ti y por mí.
Sé que no puedo retenerte en mi memoria eternamente, porque un día incluso tu recuerdo se va a borrar y no puedo seguir aferrado a él.

Mi piel se aferra al recuerdo de un rocé pero el frio la hará olvidar la calidez de tu cercanía.
Mis labios extrañan la sensación de abrazarse a los tuyos, en la desesperante agonía de saber que nunca más estarían junto a los tuyos.

Yo soy un viajero constante, pero no significa que al abandonar un lugar quiera seguir por el mundo solo, pues pensé que al encontrarte al fin encontraba la compañía tan anhelada en mi interminable viaje.

Quizás fue el error eterno que acompaña a mi inconstancia, de comenzar con un adiós en lugar de esperar que sea un quédate conmigo.

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