Solía pensar que las personas eran menos complicadas, que
solo iban tras lo que querían y ya, pero resulta que son en gran medida un
universo de cosas dentro de una dimensión desconocida de problemas, traumas,
sueños, frustraciones y penas.
Pasa que cuando quieres ignorar a alguien, pues pasa por
una razón y otra, algunas veces es fácil y otras veces, pues, no lo es tanto.
En particular cuando la persona sometida al veredicto no colabora y sigue
tratando de ser parte de tu vida.
Una vez alguien que fue muy importante en mi vida me dijo
que, yo soy del tipo de personas que descarta fácilmente y sin mayores
complicaciones a otras personas y en ese momento, me sentí de alguna forma
indignado tal vez, contrariado posiblemente; pero por sobre todo, me sentí
ofendido, ya que no pensé en ningún momento que esa era la imagen que estaba
vendiendo de mí mismo al mundo y mucho menos a las personas que más estimaba.
Lo cierto es que en aquel entonces, cuatro años atrás más
o menos, no entendía porque me lo dijo ese alguien, y me tomo quizás todo este
tiempo hasta hoy poder finalmente entenderlo y aceptarlo, que sí, para bien o
mal es algo que ya es parte de mí y lo ha sido siempre, pero no de la forma tan
fría e hiriente en que pudo sonar sin que esa fuera la intención pero si, es
como un mecanismo natural, cuando alguien ya no es saludable o mínimamente
aliviante en la vida, nos apartamos.
Crecemos y seguimos nuestras metas y eso
nos lleva por caminos en los que nos terminamos alejando de las personas que en
algún momento fueron muy importantes para nosotros. Pero lo que no terminamos
de comprender es que, es un proceso natural y muy normal, pues nuestros amigos
del pasado, de la infancia, la adolescencia, todos ellos pasan por lo mismo y
de igual forma durante todo el camino andaremos con muchas personas con las
cuales nos podremos ayudar para seguir avanzando y que también se beneficiaran
de nosotros y no por eso signifique que cuando el tiempo haya pasado y la
distancia o los gustos se modifiquen dejaremos de apreciarlos o recordarlos con
el mismo cariño que durante el tiempo que estuvieron a nuestro lado.
Es solo
que algunas personas vienen para quedarse y otras llegan para hacernos compañía
solo durante un lapso del viaje, mientras nos necesitemos y quien sabe, tal vez
más adelante nos encontremos de nuevo. Pero eso más parece una cuestión obra de
la casualidad, eso tal vez que llaman Destino.
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