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31 de enero de 2015

1 día antes de cumplir un año más.

Un año cualquiera, en el medio del viaje que inicio, pensando solo en lo que hay y es; en la vida que tengo frente a mí.

“It’s the song and it’s the poem I will write at the end of all things…”

Si, se siente como el invierno en todas partes, pero está bien, siempre me gustó el frio mucho más que el calor. No digo que no me agrade la calidez, pero en el medio del frio y la soledad te das cuenta quien eres realmente, que tipo de persona.

Es en momentos así que entiendes lo que quieres, a quienes y la forma en que quieres estar. Porque, por más que parezca que no es así, es solo en los peores momentos que la mayoría de las revelaciones ocurren, cuando te das cuenta de la verdad. Muy pocas veces logramos entender las cosas de buen modo. Es como un comportamiento natural dejar que todo derive en complicaciones para sentir el sabor de la vida; permitir que todo sea abrumador para al fin hacer algo.
Admito que muchas veces he dejado que eso pase, y es hasta entonces que en un momento determinado, la mente se aclara, se enfoca y llega la resolución. A veces, instantáneamente y otras tiempo después, surge la conclusión, las respuestas y un entendimiento más profundo, que es lo que lleva a cambiar la forma de ver la vida.

Frente a mi tengo aún muchos años y aunque se eso, no puedo evitar sentir la ansiedad que ha sido parte de mi desde siempre; ese sentimiento de que “hay tanto que hacer y tan poco tiempo para hacerlo”. Quiero hacer todo hoy, especialmente cuando estoy entusiasmado, porque quiero tener más tiempo para hacer nuevas cosas mañana; y es que, hay tantas cosas que quiero hacer desde hace tanto tiempo, que la mayor parte del tiempo desearía no “desperdiciar” tiempo en dormir u otras cosas que al final no aparentan ser tan productivas.
Realmente necesito “relajarme” y dejar que muchas cosas y personas simplemente “sean”, porque son esa corriente salvaje e imparable contra la que no tiene sentido ir. Solo tiene caso dejar que vayan y vengan, que nuestras vidas sigan los rumbos que deban seguir.

Un año después, casi una vida después estoy seguro de algo, mi vida es el poema y la canción que escribiré al final de todas las cosas, ahora que conozco las palabras, que deje de quejarme y sufrir por personas, arrepentimientos y decepciones, ahora que estoy caminando de nuevo.

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