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29 de septiembre de 2012

Crónica de Otoño - I

Era el otoño de 1991, casi a mediados de octubre cuando su vida cambió y de alguna forma él lo sabía, pero en su inocencia no entendía que aquello era tan significativo.

Era domingo, después del mediodía. Había llovido durante la mañana y en ese entonces frente a su casa existía un camino que llevaba a una finca. En el umbral se encontraba y solo veía la irónica vastedad de un lugar tan pequeño que siempre le provocaba temor, porque tras aquellos árboles tan altos, la maleza tupida y los susurros, imaginaba que algo podía saltar de pronto y hacerle daño.

Sin embargo no podía dejar de perder su mirada en la distancia, como esperando la llegada de algo o de alguien. Y fue en ese momento cuando lo percibió, su mundo estaba cambiando y no lo lograba entender, él solo quería seguir siendo un niño, sin preocupaciones ni pesares, viviendo solo de la alegría de los juegos y la risa.

Pero él lo supo en ese momento, ya nada volvería a ser igual y sintió por primera vez una sensación distinta a la que sintió cuando lo castigaban por travieso o desobediente, eso que años más tarde entendería que el mundo llama, tristeza; una compañera desde entonces fiel y constante.
Desde entonces cada octubre es un reto y más marcas se fueron tatuando a través de los años en las mismas fechas, durante el mismo periodo, como si durante esa etapa mucho de lo trascendental debiera pasar.

Dicen que Octubre fue nombrado así en honor al emperador romano Octavio, que significa el octavo, el número ocho. Y muchos números ocho lo acompañan desde entonces.
También se dice que el número ocho significa sacrificio, que también es alusivo a la continuidad del que no se deja vencer, pero ¿por qué un niño que no es consciente de la revolución a su alrededor debe ser entregado al Mundo como sacrificio? por un bien sin apariencia ni imagen.
Pero así fue, ese año, durante esa última parte, iniciando desde esa tarde de domingo, su vida cambió, hasta que llegado diciembre, conoció a su segunda compañera, la soledad.
¿Cómo sobrevive un niño de 9 años a la tristeza y la soledad? Se refugia en un mundo imaginario y espera que todo lo malo pase, que los días avancen pronto y en cualquier momento, lo que antes había sido, regrese.

Pero el tiempo pasa y la realidad no cambia, y el niño se va dando cuenta lentamente que aquel día no había sido una casualidad, era la bienvenida al mundo real, cuando ves el espacio frío llamado mundo y tratas con desesperación encontrar en medio de toda esa nada, vida y alegría, razones para no darse por vencido.

Y sin embargo, el niño se refugia en sus sueños, creas ilusiones y se aferra en esperanzas de mejores tiempos… y estas se presentan, pero son fugaces y se desvanecen, se mudan, se alejan.
Pobre niño, perder la niñez porque hay que afrontar la realidad es una cruel injusticia y así como él, muchos, por situaciones peores.

Así como él, los niños cuyas vidas son entregadas al mundo como sacrificios para aplacar la frustración de adultos perdidos en su camino. Es tan injusto.
Pero la historia de este niño no termina ahí, pues habrían de transcurrir 8 años más para que comenzara a comprender aún más la realidad del mundo, de su humanidad.

Su nombre pocos lo recuerdan, su rostro es el de millones, su historia se repite día tras día en cada rincón del mundo. Y sin embargo, como tantas cosas, es algo que no cambiara pronto, es una herida que el mundo lleva consigo pero prefiere ignorar. –  

27 de septiembre de 2012

Uno de estos días

Uno de estos días, siempre pienso lo mismo, uno de estos días voy a cruzar esa puerta y ya no volveré.
Romperé con las cadenas invisibles que el material mundo nos coloca alrededor del alma.
Buscaré los sueños perdidos que huyeron cuando la guerra los volvió exiliados de su propia patria.

Un día de estos, cuando mis fuerzas sean suficientes para derribar el muro de la frustración, será cuando decida que ha llegado el momento de iniciar el viaje.

Cuando no existan muros en mis fronteras ni barreras que retengan mi alma de su libertad, pues ha sido liberada de sus cadenas.
Donde los Cielos estén despejados y el horizonte no parezca terminar, donde las ilusiones no se rompan al caer a tierra como contra las rocas el cristal.

Y con la esperanza en esa visión, la férrea convicción de que no estoy equivocado y ese día vendrá, también sé que:

Te encontraré en algún lugar y será como si nos hubiéramos conocido de toda la vida.
Amigos, compañeros, cómplices, esa añorada alma gemela que se perdió en el inicio de los Tiempos y vaga buscando su perdido igual.

Cuando el mar parezca turbio y la tormenta esté a punto de golpear, entonces saber que me darás la mano y la afrontaremos juntos.

Y al emprender el viaje al nuevo destino, tener la seguridad que estarás a mi lado.
En estas y más esperanzas aferro mi corazón, y silencioso y paciente, confío

Uno de estos días, cuando al despertar sienta el latido agitado, la ansiedad de que ha llegado la hora, sin remordimientos ni ataduras del pasado, comenzaré a caminar.

Inventando cada día nuevas maneras de luchar contra el mundo y no dejarme vencer por más golpes y desdenes que se presenten.

Renuente a caer, porque ya demasiadas veces caí y me sentí cómodo con dejarme vencer, ya no hay tiempo para bacilar y esperar que simplemente deje de llover.


Un espíritu no se doblega porque se canse, no deja de luchar porque pierda la vitalidad, lo hace porque perdió la esperanza, porque cree que no podrá ganar.


De esta forma, viendo al horizonte, en una nación que alguna vez llamé hogar, busco los caminos para poder de nuevo sentirme en libertad.


Y finalmente, dejando ir todos los fantasmas que guardé en mis bolsillos, el llanto que se acumuló y aró mis mejillas, los lamentos de otros tiempos que se habían vuelto lúgubres poemas de una historia sin terminar, de una novela sin final.


Es tiempo de dejar ir todo. Mi tiempo ha llegado aunque siga repitiéndome incesantemente: “uno de estos días… uno de estos días”


Para todo habrá de llegar un día pero para iniciar hoy es una buena oportunidad.

25 de septiembre de 2012

Extrañas Relaciones - ¿Fijaciones? u ¿Obsesiones?

Recién leí por ahí algo que me dejo pensando: “Tienes una tendencia excesiva por focalizar tu vida sentimental y por hacer de ella el centro de tus preocupaciones”.

Para mí que realmente no he tenido relaciones estables ni duraderas, la mayor preocupación siempre ha sido encontrar alguien con quien compartir mi vida en aspectos totalmente diferentes a como la comparto con el resto del mundo, sea familia o amigos.

No solo a las mujeres les suena la alarma del reloj biológico, creo que a los hombres también, pero el mío, personalmente creo que siempre ha estado descompuesto y me causa gracia por el hecho que ni mi familia ni amigos cercanos han mostrado preocupación por el tema y eso me ha hecho sentir cierta comodidad, que de unos años hacia hoy se volvió obsesión por no quedarme solo.
Sin embargo, como dije antes, ni mis relaciones han sido estables ni mucho menos duraderas y aun peor, ni siquiera han sido públicas, en el sentido que ni mi familia se ha enterado y solo mis amigos más íntimos se han dado cuenta, porque han sido siempre el paño de lágrimas de esas novelas de bajo rating.

Al escribir esto no puedo evitar reírme de mí mismo y es que, es tan desconcertante como deseando tanto tener alguien con quien compartir mi vida, nunca he sido capaz de abrirme totalmente, siempre ha existido un miedo infundado a ser herido y entonces aparece una muralla de auto defensa impresionante, una renuencia a dar el 100% y quedarse en un seguro 50% siempre parece más sensato, pero lo cierto es que del 25% no ha pasado, eso especulando y siendo optimista.

Pero bien, el punto de todo esto es que luego de la última relación y sin profundizar tanto, regrese de golpe a algo que hacía desde los 15, encontrar a alguien, idealizarlo y basar mis pensamientos solo en esa persona, en un estado de seguridad total en el que ni la persona sabía que era el objeto de mis pensamientos ni yo siquiera era capaz de acercarme.
Eso me mantenía ocupado en el sentido que pensaba, nadie sufre, nadie se lastima, así todo estará bien. Y nunca fue así, de los amores platónicos solo surgió un cierto sin sabor que se volvió amargura y desilusión. El justo premio a la falta de valor y entrega.

Cuando finalmente llegó alguien, fuera por las circunstancias que fuera, seguía siendo un niño yendo a la guerra, sin armas y sin convicción, únicamente sabedor que había que luchar, sin saber que esas heridas no sanan de inmediato, no es tan sencillo.
Y así fue, y de una piedra salté a otra en un río que se volvió más y más ancho, profundo y rápido, buscando no sentir más heridas, encontrar calma, terminaba resultando todo lo contrario, y así tres relaciones se fueron al traste, y tan cómodo fuera decir: "No fui yo, no fuiste tú, fueron las circunstancias, fue el Destino".
Algo aprendí, no solo basta desear ni pensar en esforzarse, realmente hay que luchar para encontrar ese algo que satisfaga a ambos de modo que valga la pena.

Pues bien, heme aquí – a más de dos años de una relación fugaz y extraña, y uno de un amor platónico surgido del alma mater, que me tomo tiempo superar – cometiendo el mismo error, pensando la mayor parte del día en una persona, queriendo borrar su imagen basado en el mismo método, sustituyéndola con otra imagen y tratando de encontrar las excusas para sentirme mejor, sin mucho éxito, pero más consciente del error. 
Idealizando sin decirlo, dejandome inspirar sin mencionarselo, ocultando sentimientos, siendo cobarde y cómodo, porque es la forma mas segura pero no esta bien, de ninguna forma podría estar bien vivir así, eso no es vivir, mucho menos querer y de ninguna forma amar.

Lo cierto es que, fuera parte de masoquismo, inmadurez o simplemente necedad, lentamente lo he comenzado a superar y sin embargo ha sido algo tan bonito (por más cursi que suene o lleve la etiqueta de obstinada necedad) que aunque me hizo llorar de frustración, desatino y desesperación, en la marcha es una lección que valoro mucho.
– No, no enfoques tu vida solo en pensar “¿Cuándo llegara esa persona que me haga sentir completo?” “¿Cuándo llegará esa persona que me enseñe a amar?” “Estas vez es diferente, es una persona totalmente distinta”. –  

Cuando yo sigo sin cambiar, esperando desesperadamente que alguien llegue, finalmente comprendí que, si llega, llega, si no llega solo el tiempo lo dirá. La soledad no es tan mala, de hecho es hasta necesaria para considerar pros y contras, pero soledad no implica alejarse de la familia y los amigos, significa darse tiempo para uno mismo y aprender de ese tiempo que todo lo malo puede arreglarse y mejorar para sí mismo y así, cuando alguien llegue tendrá razones para quedarse y no excusas para irse así como tú no tendrás excusas para huir, sino razones para luchar.

Nadie ha dicho que cambiar sea sencillo, pero el primer gran paso es entender que algo se ha estado haciendo mal y comenzar a enmendarlo y aunque ya varias veces me he dado cuenta de mi error, llegar finalmente a la resolución, tomar la decisión final de cambiar es el primer gran paso y el empeño y la paciencia son unas herramientas muy buenas para un nuevo propósito, eso es innegable.

23 de septiembre de 2012

Retomando el Camino.

Casi ha transcurrido un año desde que abandoné el blog, bajo la excusa de que tenía que enfocarme en la carrera, que había muchas cosas más importantes.

Lo cierto es que, comencé a perder el interés en tantas cosas que me apasionaban.
Lentamente iba dejando mis sueños de lado y me fui adecuando a la monotonía del resto de las personas. A aplicar el estándar y vivir apegado a ello.  
Porque creí que de esa forma volvería a tener la seguridad material que años atrás había llegado a tener.
¿Por qué de que otra forma encajaría entre el resto si me negaba a dejar mis excentricidades?
Pero durante todo este tiempo me he dado cuenta que como yo, existen una cantidad incontable de personas en la misma situación, dándole escape a su día a día a través de las redes sociales tanto como les es posible.

Así que, no tenía caso sentirme un bicho raro haciendo esto, si para muchos, esto ya no era algo especial, sino más bien cotidiano.

Y fue cuando una segunda idea contraataco, “ya no es algo especial”, y si ya no es algo especial, qué sentido tiene hacerlo.

La envidia me golpeó una fuerte bofetada disfrazada de celo creativo, al pensar que lo que los demás escriben es mejor que lo mío, de modo que no tenía sentido que yo escribiera palabra alguna. 

Nunca había tenido una idea más estúpida cruzándome por la mente y lo acepto, que de todas las estupideces que en toda mi vida he pensado, esa fue una de las más grandes.

Porque cada persona piensa, actúa y reacciona de modo diferente a cada cosa que se le presenta. No puedo juzgar igual que otros lo que llega a mi vida o se va, porque nuestras experiencias son distintas y la manera de percibirlo y desahogarlo también.

He comenzado a leer otros libros por más “superflúos” que muchos podrían decir que son, pero lo cierto es que, si he de atreverme a tratar de comprender al resto del mundo debo comenzar por abrir mi mente y no solo con decirlo, sino que hacerlo. Y así, poco a poco ir transformándome en la persona que realmente quiero ser, alguien que es capaz de ser sensible y completamente abierto a las ideas de otros, no solo leyendo libros sin importar de lo que hablen, sino al escuchar a las personas y conocer sus ideas y sentimientos.

Ahora bien, es cierto que la idea principal de este blog hacia finales de 2007 e inicios de 2008 era usarlo como un diario, pero tan miedoso de lo que otras personas pudieran opinar de mí, jamás concreté ese propósito y me abstraía siempre posteando indirectamente, siempre ocultando en alegorías y metáforas, ideas difusas y caóticas. Quizás ya sea tiempo de dejar de tener miedo de la opinión de otros y comenzar a ser libre hasta en la expresión pura del pensamiento.

Pero escribirlo es más sencillo que hacerlo y de alguna forma hay cierta comodidad en escribir sin aclarar si es una persona en concreto a la que se le escribe, cosa muy útil cuando hay sentimientos de por medio y por eso siempre los poetas ocultaron sus musas inspiradoras del resto del mundo y les dieron otros nombres, las ocultaron tras otras imágenes.

Yo no sé si seré capaz de un día decir con nombre y apellido a quien van dirigidas cada una de las publicaciones anteriores y futuras, porque a veces es mejor dejar el incógnito, no por miedo a la crítica, sino por respeto y admiración, hacia quien realmente están dirigidas.

Me parece muy reconfortante el hecho que esta nueva publicación, me haya salido más fluida que muchas otras del pasado, al menos mientras la escribía, porque no estoy pensando si alguien vendrá y la leerá y que podrá opinar, simplemente y cumpliendo su gran propósito, este blog es para mí desahogo personal, esa carta que escribes y luego lanzas al viento esperando que un día la persona a la que va dedicada la reciba y conmueva su corazón.

Y en esa dirección, hay algo que escribí antes de esto pero que creo que no publicaré aún, a pesar que ansío hacerlo, debo aprender a ser realmente paciente y dejar al niño impulsivo que me resistí tantos años a abandonar.

Recuerdo como era ser un niño, sentir el viento en octubre golpearme con toda su fuerza.
Un día despertar y sentir el frío y desear seguir durmiendo pero el viento juguetón insistiendo me llevó fuera a jugar con él, esa comunión entre inocencia y alegría que tanto añoro, que sé que no puedo recobrar, es el impulso más básico que me dice: ¡no dejes de soñar!