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17 de mayo de 2015

“Perdón pero sé que no puedo pedirte más”.


Los gritos se ahogan durante tanto tiempo, que llega un momento en la vida que no se pueden seguir conteniendo, pero tampoco pueden salir, ya se adhirieron al alma, ya envenenaron el corazón. 

He escuchado por tanto tiempo eso que, todo está lleno de amor si sabes ver, si tan solo pones atención. Tal vez igual como dicen, no de las fuentes que esperas, no de las personas que deseas, pero sí, todo, está lleno de amor.

Hipnotizados vivimos, con nuestras propias palabras. Castigados por nuestras propias culpas, sin juicios, sin defensa, sufriendo por todo aquello que creemos pudimos haber hecho mejor o simplemente dejado de hacer: Arrepentimiento.

Bajo los pies del mundo yacen tantas personas así y muchas ni siquiera se enteran que viven así. Son susurros en el agua, ondas que se pierden más y más mientras más se alejan del origen. El tiempo, el tiempo es la cosa imperfecta  más perfecta que hay en esta triste existencia.

Todo esto tan raro y tan extraño hasta viniendo de mi es porque, en medio de la más reciente divagación en una madrugada fría en lejanas tierras, junto a amigos y almas antiguas y otras recién llegadas a este mundo, empecé a comprender tantas cosas que antes me daban vuelta por la cabeza pero nunca veía claras.

¡Sí! “Todo está lleno de amor”, hasta en la brisa fría de la madrugada, aún en el silencio que embarga a la noche. En las lejanas estrellas, aun en la tristeza hay amor.

Pero llegas a un punto en tu vida que aunque comprendas las cosas más importantes de esta existencia, ya no consuelan, porque son esos gritos que se han ido acumulando dentro de ti, durante todas esas ocasiones en que la frustración, la decepción o la ansiedad atacaron. 

Podría seguir ignorando todo lo que siento y podría seguir tragándome todo y solo aparentar que estoy bien. Pero eso ya dejó de funcionar. Lo cierto es que si fuera un pedazo de cristal mi corazón, de tantos pedazos dispersos de aquí a allá en la inmensidad del universo, no existe un solo lugar donde estar bien.

Porque sé que no le puedo pedir más a la vida, no de lo que ya me ha dado. Lo que me resta por tener debo ir y ganármelo. Ya es tiempo, en un camino que se cuál es, de la única forma que sé que existe, del modo en que debe hacerse.

"This time I'm gonna keep me all to myself"


“No hay finales felices”.

Me gustan mucho las películas románticas, las comedias románticas, todo aquello que tiene un “final feliz” porque de alguna manera transmiten la alegría de la vida que muchas personas han olvidado con el pasar de los días en su rutina, que olvidan que pequeñas cosas hacen grandes momentos. Como contraparte también me gustan mucho las historias en las que hay mucho sufrimiento, drama y las interminables sucesiones de eventos que te llevan a preguntarte si eso podría de alguna forma terminar bien, cuando las señales son claras, no, no terminan bien.

Voy de un extremo a otro en el espectro de las emociones, pues para todo soy igual. Porque a veces evadir la realidad es el juego más entretenido que puede existir en la mente de las personas, pero un juego al fin.

Puede ser que por meses miradas y sonrisas te abran un mundo de esperanzas e ilusiones que alimenten un mundo de luz y alegría que solo existe en tu mente, y un día, de pronto todo se desmorone y de nuevo no haya más que solo silencio.

Otras veces afrontar la realidad simple y llana es la única opción y tomar tu camino e ir por la vida haciendo solo lo que concierne a nuestra existencia, la estancia más materialista, pero la manera más factible de existir y más importante, sobrevivir.

Voy de un extremo a otro en mi existencia, pero hay momentos como hoy, cuando me quedo en el centro y veo hacia esos extremos y entiendo mucho más de mí mismo y del todo que me rodea de lo que son capaces de explicar todas las razones lógicas que gobiernan este mundo, y no pretendo que mis ideas sean absolutas, es solo que, de nuevo, en días como hoy, entiendo lo efímera y verdadera que es la vida, en esta mezcla de ironía y realidad con fantasía y esperanza. 

No para todas las personas y situaciones existen finales felices, no.