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8 de mayo de 2011

Mayo 2011 - I


No es nada fácil, pensar y pensar en la eterna incertidumbre del mañana, porque el pensamiento no se detiene en tanta posibilidad, ilusionado en que en el medio de todo, las cosas pasaran de una forma u otra, poniéndole empeño, siendo constante, siendo valiente.

Esa inquietud de ver pasar los días sin que pasen realmente, al estar envuelto en la monotonía de una canción, de un poema… de una alegoría.
Todo este tiempo, se que algún día, imaginé, que volverías, pero paso todo este tiempo y no volviste y ahora sé que ya no volverás.

Pero ya no me duele, ya no.
Puede que porque la herida se cerro, porque el último beso se borro de mis labios. Por uno o por otro, la razón ya no importa.

Ya no hay arrepentimientos, ya no hay amarguras, es que al final de toda la  historia, ante la pluma y el papel, solo estoy yo de nuevo y sin un testigo más que la noche y el silencio acompañándome junto a la fría lágrima que recorre mi rostro y la esperanza que está tocando a la puerta para que la deje entrar y creo que esta vez la dejare pasar.

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